Los duendes de los sueños pasan rozando mi cara,
esparcen sus dádivas como si de regalos se tratara
pero inmune a sus encantos mis ojos se niegan a cerrarse,
sabiendo que si lo hacen volverán los fantasmas a arrastras sus cadenas
llenas de herrumbre en mi cabeza.
Fantasmas incansables, sabedores del poder de sus encantos,
persiguen duendes de sueños en una lucha perdida de antemano por aquellos,
porque poderosos los fantasmas aliados con la noche y con sus horas
porque poderosos los fantasmas aliados con la noche y con sus horas
desafían y me retan sabiendo de antemano que sucumbiré a su llamada
y una tras otra irán pasando las horas, llegará implacable el día y mis ojos seguirán abiertos
La madre que te parió-qué bien escribes salada!
ResponderEliminarEs que hay días en los que tiene "duende".
ResponderEliminarBien bonito,piolin
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